Cuando compartes un piso de estudiantes la economía de tu cartera se resiente un poco. Ya son demasiados los gastos básicos que te acompañan en tu día a día y aun así, siempre queda sitio para varios imprevistos más. Al costoso alquiler mensual al que tienes que hacer frente, se le suma el pago del gas, el cual conlleva bastantes altibajos. Es por este motivo que ahorrar en la factura del gas supone una actividad urgente de gestionar.
Es cierto que a todos nos gusta darnos una ducha bien relajante y caliente, después de un día duro en la universidad o en el trabajo; y más cuando las temperaturas apuntan picos bajos. Sin embargo, ya no solo entra en juego el ahorro de la cantidad de agua, ya que ahorrar en el recibo del gas es de vital importancia para evitar gastos innecesarios que se pueden emplear en otro tipo de compras. Para ello os recomendamos acortar el tiempo en la ducha, aprovechar el calor residual cuando se está cocinando y reducir el consumo de la calefacción, entre otras actividades cotidianas que lleváis a cabo tus compañeros y tú.