A la hora de una boda nunca se piensa que el amor un día se puede romper, todo es felicidad y ganas por compartir la vida con la pareja amada. Después vienen los ansiados niños, el compromiso y la felicidad pasa a convertirse en dedicación completa para unos seres indefensos que dependen de unos padres principiantes. Hasta un momento que no sé sabe por qué ni cómo el amor se rompe. Y llegan las discusiones, la custodia y un divorcio quizás complejo. Por eso un abogado de familia experto hará que todo este trance a veces doloroso sea lo menos complicado para las clientes.
Muchos matrimonios buscan en un abogado en Sevilla para hacer un reparto justo y equitativo. No hay que olvidar que una de las partes más perjudicadas son los hijos, y quizás, por ellos, llevar este trámite de la mejor forma y sin roces con la expareja será lo más acertado para que el impacto en sus vidas sea el mínimo y sientan el amor por ambas partes sin quebraderos de cabeza y reproches. ¡Los hijos no son monedas de cambio!