Existen trabajos de mayor riesgo que otros. El campo de la construcción, la industria, la minería, los servicios a los ciudadanos tales como bomberos o policías, son ejemplo de ello. Para salvaguardar la salud del trabajador y evitar riesgos de accidente o enfermedad laboral, es imprescindible el correcto uso de los equipos de protección individuales. Entre estos se encuentra la ropa de trabajo. Esta medida está recogida en la directiva 89/656/CEE de la Unión Europea.
Es responsabilidad de la empresa y del trabajador conocer y aplicar esta normativa, con el fin de evitar posibles accidentes que pongan en riesgo la integridad del trabajador. Un mal uso de la ropa de trabajo de seguridad conlleva el incremento de la posibilidad de sufrir accidentes, por lo que es responsabilidad del empresario formar a los empleados en este tema y responsabilidad de los trabajadores aplicar estos conocimientos.
El material, el diseño, los acabados… todo está perfectamente integrado para conseguir una indumentaria segura para cada ámbito, por lo que reemplazar la ropa de trabajo por otras similares, es un gravísimo error.